Este proyecto surgió como problema en el patio. Los alumnos comenzaron a observar que los juegos de madera se van deteriorando, no solo por las inclemencias del clima, sino también por las acciones inapropiadas de los niños al utilizarlos. Por eso comenzaron a indagar posibles causas y plantear futuras soluciones.
La primera idea que se les ocurrió fue colocar un cartel, en un lugar estratégico del patio escolar, que comunicara “no romper los juegos”. Una vez que lo comenzaron a presentar por las diferentes clases, se dieron cuenta de que los más chiquitos, de Nivel Inicial, aún no pueden leer, y por eso idearon agregarle imágenes al cartel que ejemplificaran qué acciones son negativas y no contribuyen al cuidado de los juegos. Posteriormente, comenzaron a evidenciar que solo el cartel no alcanzaba para cambiar las conductas de los demás, y por eso idearon una brigada de voluntarios que se encargan de cuidar los juegos y de pedirle a todo aquel niño que está usando mal el juego que cambie de actitud.